Trabajo de Casa

Debido al fracaso de los trabajos realizados la semana pasada, aquí se encuentran los dibujos que hemos tenido que realizar en casa para liberar la mano y conseguir la fluidez de las líneas, representando dos cuadros de Turner mediante el estilo que utilizaba Leonardo Da Vinci.

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Semana 3ª – El gesto y la tonalidad emocional

El tema de esta semana fue, como se indica en el título de la entrada, «El gesto y la tonalidad emocional». Para esta semana hemos tomado como referencia a los pintores Constable, Turner, Leonardo Da Vinci y Fernando Zobel. Constable se caracterizaba por pintar nubes y cada una de sus obras muestra distintos tonos en armonía y una gran potencia. Turner, sin embargo, famoso por sus acuarelas, se centró en las tormentas plasmándolas mediante distintas familias de pinceladas. En las obras de Leonardo también se puede observar claramente las distintas familias de líneas que presenta, representando de un modo distinto estos mismo temas. Por último, el pintor español Fernando Zobel realizaba obras desde una actitud completamente contemplativa, transmitiendo suavidad.

Continuando con la temática anterior, para llevar a cabo obras inspiradas en los artistas previamente nombrados, es necesario saber liberar la mano, los movimientos y a la vez saber controlarlos. Ha sido una semana difícil en que no salía lo que se pedía. Las emociones del artista son las que le llevan a realizar determinados movimientos, y nosotros teníamos que realizar líneas fluidas y en distintas familias, que rompiesen unas con otras y saber combinar los tonos y colores. Para realizar un cuadro con esas características, hemos tenido que ponernos en una actitud contemplativa, tranquila e intentar dialogar con el cuadro, ver todo aquello que quería resaltar y aquello que debía quedar en un segundo plano. Finalmente, los dibujos que han surgido durante la clase son los siguientes.

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Semana 2ª – La liberación de la mano

Esta segunda semana, tendremos como tema principal «La liberación de la mano». Como dijimos la semana pasada, nuestro cuerpo se encuentra sometido, ha sido socializado y ha adoptado determinadas formas de actuar que a la hora de comenzar a trabajar nos impiden movernos y pintar libremente. Por tanto, esta semana no solo trataremos de liberar la mano, sino también de comenzar a liberar nuestro propio cuerpo. La operación fundamental para dibujar es tantear, probar y esa operación implica fluidez y movilidad, por lo que es necesario moverse y balancearse para pintar. El hecho de moverse y hacer garabatos sobre el papel produce placer  porque es un movimiento libre. Hemos comenzado la semana, y el curso con un primer dibujo que consistía en hacer «garabatos» para comenzar a liberar la mano y el cuerpo. La mano y el movimiento están encadenados al gesto, por lo que tenemos que alterar determinadas acciones corporales para iniciarlos.

Tantear, probar y en definitiva dibujar, implica sufrimiento porque la operación creativa trata de resolver una incertidumbre cuya respuesta desconocemos. Para eso hay que probar distintos tipos de gestos y movimientos y soltar la mano en el contexto del dibujo. Cuando uno comienza a ser creador, se da cuenta de que la creación lleva un proceso y un procedimiento que implica fortaleza para saber superar esa incertidumbre y aprender también a fracasar. Como las emociones son las energías básicas que nos hacen movernos y el dibujo implica movimiento, en él se muestran emociones.

Para empezar a liberar la mano nos inspiramos en los artistas Twombly y Tomlin, en cuyas obras se muestran garabatos o situaciones caóticas y completamente abstractas, dando lugar a los siguientes cuadros. (Colocados de izquierda a derecha según el orden en que fueron creados)

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Semana 1ª

Los dos primeros días de curso fueron días de introducción a esta nueva y distinta asignatura cuyo temario aún desconocíamos. Llegamos a un aula grande, sin apenas conocernos entre nosotros, y allí, los que serían nuestros profesores durante este curso nos esperaban para mostrarnos lo que haríamos durante los siguientes meses y hablarnos acerca de la asignatura. Cogimos cada uno una silla y nos sentamos en un gran círculo, de modo que se crease un vínculo más ameno entre los profesores y los alumnos. El primer día, Pedro nos habló acerca de nuestro cuerpo, de cómo éste ha sido sometido desde que somos pequeños. Nos han acostumbrado a movernos y actuar de una determinada manera y nos han enseñado a socializarnos de modo que estamos condicionados en cada movimiento. A medida que nuestro cuerpo ha sido sometido, hemos ido abandonando ese libre movimiento del cuerpo que teníamos y en cierto modo, nos encontramos «encadenados». Al dibujar, nos ha pasado lo mismo. Cuando éramos pequeños dibujábamos garabatos libremente, pero a medida que hemos ido creciendo esos garabatos han adquirido formas determinadas que recuerdan o representan imágenes reales. En esta asignatura aprenderemos a liberar y a la vez controlar el movimiento de nuestro cuerpo, cuyo movimiento será necesario para aprender a dibujar. El segundo día, entramos un poco más en materia sobre lo que veríamos durante el curso y se nos mostraron imágenes de antiguos alumnos, trabajos o cuadros que ellos habían hecho y que nosotros aprenderemos a hacer.

Así, para dar comienzo a la asignatura, tuvimos que ir a una exposición, en mi caso, del pintor británico William Blake de la cual hice una breve reseña que se puede encontrar en otra entrada de este blog. https://jorgeprimero.wordpress.com/2012/09/12/william-blake-2/

William Blake (1757-1827)

El pasado domingo 9 de Septiembre, fui a ver la exposición de William Blake sin saber exactamente con qué tipo de cuadros me iba a encontrar ya que hasta entonces, el pintor británico era un artista completamente desconocido para mí. No sabía cómo serían sus obras, ni qué pretendía transmitir con ellas, pero nada más ver el primer cuadro, sentí que el autor mostraba una clara búsqueda de la libertad. Leí el breve texto de la pared de la primera sala, en que se nos introducía mínimamente la vida de Blake para situarme un poco y así poder entender mejor lo que él quería mostrar en sus obras.

He de decir, que me sorprendió gratamente la forma en que estaban hechos sus cuadros y en algunos, la facilidad con que se podían percibir las emociones. La mayoría de los personajes de cada obra mostraban unos rostros muy expresivos que dejaban ver tristeza y sufrimiento. Algunos personajes presentaban cadenas en alguna parte de su cuerpo, como en el tobillo, lo que daba a entender que Blake pretendía así, mostrar el sometimiento y en cierto modo “esclavitud” a la que estaban sometidos por aquel entonces. Además, predominaba una amplia gama de colores oscuros que se mezclaban unos con otros (dando una sensación de angustia al verse la imagen al completo), y a los que de vez en cuando resaltaba el rojo de las llamas y el blanco de la piel o la vestimenta de los hombres y mujeres.

En muchos de los cuadros se hacía alusión pasajes de la biblia, como la crucifixión de Jesús, la traición de Judas o el juicio de Dios a Adán tras probar la fruta prohibida. En ellos, también se representaba esa tristeza presente en muchas obras. En algunas, incluso Dios o Satán estaban representados sobre un fondo que parecían ser llamas; aparecían con un mayor tamaño frente a otros personajes, como Adán cuando lo juzgó Dios, que permanece cabizbajo y transmite una situación de gran arrepentimiento.

Sin embargo, una de las cosas más interesantes de la exposición, es aquella sala dedicada a la “Historia de Job”, con la cual, Blake se sentía identificado. Eran cuadros pequeños, relativamente simples ya que estaban en blanco y negro (a diferencia del resto de la exposición). Pero lo que más me llamó la atención de esta parte de la exposición, fue que dichos cuadros contenían pequeñas frases o textos que los narraban, y eso es algo que hasta ahora, no había apreciado en ningún otro cuadro.

La experiencia fue bastante agradable, dedicando el tiempo necesario a cada obra y fijándome en los posibles detalles que pudiera haber, intentando entender lo que se representa o el porqué de esa obra es todo un mundo en el que sumergirse, ya que cada cuadro, tiene una historia detrás. Una vez finalizada la exposición, resumiría todas las impresiones que esos cuadros me dieron en un profundo sufrimiento, tristeza y cierto derrotismo que quedan perfectamente reflejados en cada una de las obras.